8 de mayo, 9 de abril, 10 de mayo…

…Y ahora tengo que verla por ahí, tomando café con bollos y gastándose mi dinero con otro…Lo que pasa es que se les ha dado demasiado poder.

Eso es, tanto poder, tanto empoderamiento para ellas, ese es el problema.

Ahora con el rollo psicológico ellas tienen todo el poder.

Esta conversación, oída casualmente mientras caminaba habla por sí misma. Tres hombres con una edad aproximada de 65 años exponían su parecer ante la situación que uno de ellos les planteaba. Según me alejaba, oía sus voces subiendo de tono. Reconozco que me dieron ganas de sentarme al lado y escuchar el avance de sus despropósitos.  No lo hice. Continué paseando, pensando en que es inevitable, existe un porcentaje de la población que, en este aspecto, el de la asimilación de la igualdad, puede considerarse una generación perdida.

Me refiero a generación perdida en lo referente a la posibilidad de mover sus propias rigideces, lo que siempre han pensado, lo que aprendieron y han mantenido como verdades absolutas. En cualquier aspecto, aunque ahora, hoy, hablemos de esto. ¡Qué peligroso es no cuestionar lo aprendido! Tomar como verdades absolutas posiciones rígidas sin posibilidad de reflexión más allá de las propias necesidades.

Sin embargo, lo que más me preocupa son las generaciones actuales de adolescentes y jóvenes que manifiestan abiertamente actitudes machistas. Los datos alertan: El último informe del Instituto Nacional de Estadística acerca de violencia de género y violencia doméstica, arroja unos resultados escalofriantes: el número de víctimas y denunciados en la adolescencia ha aumentado en 2021 respecto a 2020, un 70,8%. Un 28,6 de aumento en el número de víctimas. La Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) ha atendido más de 18.500 casos de violencia de género con víctimas menores desde 2009 y señala que en este tiempo la atención se ha multiplicado por 10. Un alto porcentaje de las llamadas que hicieron a este número, 46,9%, las personas atendidas no tenían conciencia de estar sufriendo violencia de género.

¿Son estas actitudes transmitidas generacionalmente por ese porcentaje de población que las sostiene?

Me pregunto qué pasa en los colegios, en las familias, o acaso ahora educan las redes sociales y no hay opción compensatoria ante su poder. Calan en lo más hondo abduciendo con las propuestas, algoritmos y demás instrumentos al servicio de la manipulación. ¿Acaso interesa que persista? ¿Está de moda manifestar posiciones de poder, de sometimiento? Poses, canciones, palabras soeces…otorgan una sensación de falso empoderamiento encubriendo una autoestima frágil que se deja arrastrar por cualquiera hacia relaciones que avanzan hacia el maltrato. Sutil o bronco requiere precisarse, conocerse, eliminarse.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies