Prevenir es educar

La codependencia ha sido estudiada en el campo de la salud relacionando el término con  las adicciones y definiendo así a las personas con adicciones químicas, ya sea al alcohol o a cualquier sustancia.

En el ámbito psicoterapéutico se recoge el término para describir el comportamiento emocional de personas que establecen relaciones caracterizadas por unos patrones de pensamiento y sentimientos concretos hacia sí mismos como negligencia en su cuidado, que repercute en la disminución de la propia identidad. Respecto a la otra persona mantienen una dependencia disfuncional pudiendo desarrollar hábitos compulsivos, adicciones, y otros desórdenes emocionales que tienen riesgo de hacerse crónicos o muy resistentes.

La persona puede navegar entre la vergüenza, la tristeza y el miedo constante al abandono y la rabia por la frecuente frustración que les acompaña.

¿ Cómo podemos actuar para evitar relaciones de pareja codependientes?

En clave ideal, desde la prevención, esto es evitando que se desarrollen,  lo que nos lleva al cómo hacerlo.

Si acudimos a los principios básicos de cualquier intervención, podemos delimitarlo en este ámbito de este modo:

Prevención primaria, actuar antes de que aparezca un problema, conflicto, patología. Traducido al tema que nos ocupa, educando emocionalmente desde el principio, desde la escuela infantil, adquiriendo conciencia de nuestros sentimientos con estrategias de expresión y manejo de las mismas. Gestar también buenos modelos de comunicación desde los adultos, que actúan de espejo para los individuos en proceso de desarrollo y aprendizaje.

Prevención secundaria,  cuando las acciones educativas han fallado, y aparecen indicadores de riesgo, por ejemplo, dificultades para decir no, expresar desacuerdos, solucionar situaciones personales, que pueden, si se hacen crónicas en el comportamiento, acentuar la vulnerabilidad de codependencia en relaciones de pareja. En estos casos puede intervenirse desde una perspectiva psicoeducativa, con una formación adecuada, o bien un asesoramiento que favorezca, una vez activada la conciencia del problema, el trabajo emocional preciso.

Prevención terciaria, la situación se ha dado y se ha desarrollado, es decir, que se está participando en una relación de codependencia, en la que ya se han desarrollado juegos disfuncionales asumiendo, constantemente, las necesidades del otro y no atendiendo las propias, con episodios más o menos convulsos de críticas recíprocas, que terminan con un sentimiento negativo hacia uno mismo, hacia el otro, y afectan la autoestima, pudiendo desarrollar indicadores físicos y emocionales. Como decíamos en semanas anteriores, son repetitivos, tendiendo a la cronicidad y a la ascendencia en su gravedad.

En este caso, la intervención adecuada es la terapéutica. Es complicado tratar estos casos cuando el enganche se ha producido, conllevan, en ocasiones altibajos y resistencias que han de ser tratadas con profesionalidad y adecuada especialización.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies